EJECUCIÓN DE LA ESTRATEGIA
La ejecución de la estrategia es una de las principales tareas del líder de la organización y no es suficiente sólo poseer un conjunto de buenas ideas. El líder tiene que ser capaz de traducir esta visión estratégica en acciones concretas. Una vez se ha definido la estrategia es tarea de éste, hacer que ésta esté presente en todo lo que la organización haga. Así pues, la principal tarea de la implementación de la estrategia será alinear los objetivos estratégicos con todas las actividades que se realizan.
Esta implementación requiere que la dirección utilice y desarrolle unas habilidades que serán determinantes para que la estrategia se pueda desarrollar. Estas habilidades serán de carácter analítico (saber analizar lo que pasa) organizativas (saber tener a la gente adecuada en los lugares adecuados y saber comunicarse con todas las personas que trabajen en la organización) y directivas (saber dirigir los recursos que el director tiene en su mano).
La realización de la estrategia también requiere que se sepa analizar qué se puede y qué no se puede conseguir en un determinado periodo de tiempo. El conocimiento de estos límites será vital para no frustrar a la entidad si no se consiguen unos objetivos que previamente se han fijado en la estrategia.
El estratega sabe con precisión qué le ha funcionado y qué no ha servido en el pasado; posee un conocimiento profundo y detallado de sus capacidades y de su mercado.
Si bien es lógico imaginar que «primero se piensa y después se actúa», no menos importante – e igualmente lógico- es plantear que en el momento de ejecutarse las ideas se produzca un proceso de aprendizaje a través del cómo «la acción impulsa al pensamiento» y de esta forma surja una nueva estrategia. Sencillamente, las estrategias pueden formarse como respuesta a una situación cambiante, o pueden ser generadas de forma deliberada.
En el caso de una acción comercial en un centro deportivo, la propia acción y la propia respuesta ante una acción de captación de clientes, por ejemplo, impulsan una estrategia, que será consecuencia de la propia respuesta a una estrategia deliberada y pensada por el líder comercial de la empresa. Es decir, según sea esta respuesta, influirá notablemente en la estrategia realizada finalmente.
Esto pasa mucho en las campañas comerciales para captar clientes, , donde podemos partir de una estrategia deliberada pero según la respuesta que tenga la campaña, la estrategia definitiva será una u otra puesto que las reacciones de los clientes ante las promociones de las campañas son determinantes para acertar la campaña comercial y de este modo, asegurar nuevos ingresos para el centro.
Los factores claves del éxito de la estrategia son aquellos que, en última instancia, le permiten sobrevivir y prosperar en un mercado tan competitivo, tanto por las ofertas en servicios competidores (otras empresas rivales) cómo de oferta en productos sustitutivos (productos que compiten en el deseo y la necesidad del consumidor, etc.).
Para conseguir este objetivo, la empresa tiene que cumplir dos condiciones:
- Conocer a sus clientes y considerarlos la base de su supervivencia.
- Estudiar sus necesidades y sus comportamientos, es decir, el porqué un cliente decide escoger una oferta en lugar de otra. A partir de este momento, la empresa podrá trazar su estrategia para conseguir la ventaja competitiva que le haga lograr el objetivo de la supervivencia.
En un mercado tan competitivo como el actual, el líder debe saber ingeniárselas para aguantar la presión que efectúan sus competidores. Por eso, tiene que conocer a la perfección el mercado en el que participa y las reglas del juego que lo rigen.
Feliz semana !!